Comienza el derribo del paso de la avenida
Cataluña a los dos años del inicio de la obra
El
acceso provisional no evita los atascos, que ayer llegaron a
los 12 kilómetros
En apenas unos minutos, buena
parte del tablero del puente de la avenida Cataluña
estaba en el suelo. El Ministerio de Fomento inició ayer
la demolición de este acceso de Valencia desde la V-21,
dos años después del comienzo oficial de las obras, en
marzo de 2004. El retraso es justificado por cambios en
el proyecto original.
PACO MORENO/VALENCIA
La remodelación del acceso de la
avenida Cataluña podrá citarse como ejemplo del
desencuentro entre dos administraciones, Ayuntamiento y
Ministerio de Fomento, a la hora de redactar el anuario
de lo ocurrido en Valencia en 2006. No obstante, las
obras entraron ayer en su parte gruesa con la demolición
del puente que unía la ciudad con la V-21.
Fuentes de la Delegación del Gobierno
no precisaron el plazo necesario para transformar en
escombros el paso elevado. “Hay que esperar a lo que
ocurre el primer día con el inicio de los derribos”,
comentaron en referencia a la dureza de los pilares y la
antigua calzada.
Lo que sí se sabe es la cantidad de
material que saldrá de la demolición. Serán 53.300
metros cúbicos. Una parte servirá de relleno en la
propia obra, mientras que el puerto recibirá varios
camiones cargados de restos del puente, destinados a
rellenar nuevos muelles. En los últimos días y desde que
se cortó al tráfico, los operarios se han dedicado a
quitar farolas, barandillas y asfalto, entre otros
elementos.
El nuevo acceso es mucho más que la
demolición de un puente. Incluye un túnel con el mismo
número de carriles, otro paralelo a la prolongación de
la calle Clariano, ya en obras, así como una gran
rotonda que regule el tráfico de la ronda norte, la
avenida Primado Reig y los viales de servicios de la
propia avenida Cataluña, entre otras. En el centro, un
gran mirador de 37 metros de altura, con un balcón para
diez personas a 27 metros, dominará el acceso norte de
Valencia.
Alternativas
al acceso
Hasta que llegue ese momento, los
conductores tendrán que buscar alternativas para entrar
en la ciudad, o aguantar los atascos en hora punta.
Ayer, por ejemplo, las colas llegaron hasta los 12
kilómetros, según informaron fuentes del Centro de
Gestión de Tráfico.
El concejal de Tráfico, Alfonso Novo,
aseguró en los primeros días de retenciones la semana
pasada que hacían falta más agentes de la Guardia Civil
y señales para advertir a los conductores y ofrecerles
alternativas a dicho acceso. El caso es, como publicó
este periódico, los paneles informaban de alternativas a
la altura de Puzol, para seguir por el by-pass y entrar
en Valencia por la autovía de Llíria. La antigua
carretera de Barcelona, hoy avenida de la Constitución,
también se ha convertido en una opción para miles de
vehículos diarios.
La intensidad media diaria de este
acceso ronda los 90.000 vehículos. Acerca del plazo de
las obras, la intención de Fomento es acabar a tiempo
para el próximo verano, cuando la ciudad celebra la Copa
América de vela, con la Louis Vuitton y el Desafío.
El último encontronazo antes del
derribo del puente entre el Ayuntamiento y el ministerio
fue la petición de los segundos para iniciar esta obra
antes de la visita del Papa, con motivo del Encuentro
Mundial de las Familias. Esto fue desestimado por el
gobierno municipal, al entender que miles de autobuses
iban a utilizar ese acceso.
Acerca de la calzada provisional, las
distintas fases de la demolición obligarán a cambiar el
itinerario. Las excavadoras comenzaron ayer por la zona
central del puente.
pmoreno@lasprovincias.es
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