A las diez de la mañana se
cortó al tráfico la calle Alicante y dos horas
después, comenzó el gran atasco por el cierre
parcial del túnel de Germanías, en dirección a
la plaza de España. Durante toda la mañana y
buena parte de la tarde, la Gran Vía Marqués del
Turia, las calles Colón y Xàtiva fueron algunas
de las que sufrieron los peores
embotellamientos.
El corte estaba anunciado por
el Ayuntamiento desde hacía semanas, aunque
miles de conductores se metieron en la ratonera
en lugar de buscar itinerarios alternativos. En
la acera, comerciantes y vecinos asistían como
espectadores, aunque también perjudicados por
los desvíos de la circulación.
“Por lo menos tendremos una
estación de metro.” Carmen es una de las
trabajadoras de las tiendas situadas entre la
calle Alicante y Germanías. Esa es la percepción
de muchos de los residentes, resignación hasta
marzo para conseguir un medio de transporte
rápido y limpio.
“Parece que tendremos hasta
una boca de metro cerca.” Era el consuelo del
empleado de una farmacia del número 36 de la
Gran Vía Germanías, tras observar estos días
cómo han talado dos árboles de gran porte.
“Daban sombra hasta en la tienda y eso se
notaba”, concluyó.
El compromiso de la
Conselleria de Infraestructuras es acabar el
corte del túnel antes de Fallas. Hasta esa
fecha, los conductores que lleguen por Marqués
del Turia serán desviados hacia la calle Ruzafa,
mientras que los de la avenida Reino de Valencia
seguirán por las calles General Sanmartín y
Castellón, que cambian de dirección por ese
motivo durante ocho meses.
Jerónimo fue uno de los
comerciantes que se vieron ayer atrapados por la
diferencia horaria en los desvíos. A las diez de
la mañana ya no se podía circular por la calle
Alicante. “Ahora no se puede venir desde el
centro, pero tampoco se ha abierto la calle
Castellón en la dirección contraria”.
Esa “zona muerta” duró un par
de horas. La otra crítica llegó de una vecina
que pasaba a esa hora junto al comercio. “Han
llevado todos los contenedores al cruce de las
calles y los han quitado de la calle Alicante.”
Los cambios en la rutina diaria afectarán a
todos los residentes, debido a que la calle
Alicante y Germanías se transformará dentro de
poco en una gran zanja, debido a que tanto la
estación como el túnel se harán a cielo abierto.
La línea T-2 del metro
cruzará la ciudad de norte a sur, desde el
barrio de Orriols hasta Nazaret. La Generalitat
también ha expuesto al público un ramal desde
las inmediaciones del centro comercial El Saler
hasta el Grao, tras cruzar la plataforma
tranviaria el puente de la calle Menorca, ahora
en obras.
La idea es seguir la
excavación del túnel por la avenida Reino de
Valencia, aunque después de las Fallas del
próximo año. Las obras en la estación de
Alicante durarán cerca de dos años, aunque eso
no significa que todo el tiempo esté cortada la
calle al tráfico.
Al igual que la estación de
Bailén, la primera también estará comunicada con
la estación Central, todavía sin proyecto
aprobado. Además, el director general de
Transportes, Vicente Dómine, dijo durante la
presentación de los desvíos de tráfico que se ha
planteado un aparcamiento subterráneo debajo de
la actual marquesina de la estación del Norte
para los viajeros y taxistas. Uno de los accesos
de dicho parking se haría desde la calle
Alicante. No obstante, falta concretar esta obra
con el Ministerio de Fomento.
pmoreno@lasprovincias.es
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